lunes, 23 de junio de 2014

Alicia a través del espejo






(Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero. “Animales de los espejos”, en Manual de Zoología Fantástica”; 1957)

En noches como ésta, en la que la intuición augura sueños más reales que la consciencia, pienso en Alicia y su viaje maravilloso. Recuerdo la historia de Lewis Carroll y me invade la necesidad de perderme en ensoñaciones que me lleven a conocer a los más extraños personajes, o, quizás, ser la Alicia que se convierta en Reina pasando a través de un espejo.

Y sin embargo, lo que me encuentro a través de muchos espejos, no es esa jugada de ajedrez que juega Alicia hasta convertirse en Reina, y no encuentro los reflejos de la Reina Roja o la Blanca. A veces tan solo encuentro una imagen desvaída de una persona que ha mirado demasiado en otros espejos antes que en el suyo propio.

En el libro de Carroll, Alicia se convierte en una viajera mágica que consigue atravesar el espejo y vivir la realidad o ficción que existe detrás de éste, conoce personajes fantásticos y juega con ellos una partida de ajedrez, con reglas reales e inventadas a partes iguales. En el desenlace, consigue llegar al final del tablero y se convierte en reina, siguiendo las reglas del juego.

Resulta difícil no asumir que los mundos imaginarios de Carroll no sean demasiado reales y basados en nuestro prosaico mundo más cercano, son demasiadas las comparaciones o las metáforas que pueden establecerse en la invención de sus extraños universos y personajes.
Y, sin embargo, a veces me pregunto si no es más real el mundo imaginario que intuyo a través de los espejos, esos universos paralelos que quisiera inventar y soñar desde pequeña. A veces miro a mi alrededor y encuentro un mundo más extraño e irreal en la vida que me rodea.

Y también me pregunto qué es lo que miran los demás cuando me ven, a veces no hacen falta palabras para intuir lo que es. Pero ya no quiero hacerme estas preguntas, he pasado demasiado tiempo intentando buscar respuestas que estaban más cerca de lo que pensaba, y que ahora ya no necesito ni tienen la importancia que les daba. 
He buscado lo que no necesitaba mirando a los ojos de las personas que me ofrecían una imagen distorsionada de mí misma, y es tiempo de volver la vista hacia el lugar correcto en el que buscar. Estaba muy cerca, pero yo muy mal orientada.

No tenía más que mirar en mi espejo, y entrar en el mundo que se reflejaba, para entender lo que soy, lo que quiero ser, y lo que no cabe ya dentro del espejo.
Tal vez ahora es el momento de comenzar a jugar esa partida de ajedrez, y divertirme jugándola, con los personajes que me quieran acompañar en mi viaje hacia el final del tablero, allí donde todos nos convertimos en soberanos de nuestras vidas.

Empieza la partida. ¿Alguien juega? 




photo credit: Daniel Semper via photopin cc

2 comentarios:

Cata dijo...

¡Venga, como reto mañanero, me apunto!

A Alicia, de espíritu inquieto, curioso y reivindicativo, el camino le resultó complicado pero enriquecedor. Será interesante aportar las respuestas a través de nuestro propio espejo...

Tomaremos las riendas mientras continuamos con las tareas del día, ¿vale?

¡Un besazo desde la costa y hasta pronto!, C.

Lunática Lola dijo...

Me alegro de que te apuntes, Cata, yo quisiera haberme apuntado mucho antes, pero más vale tarde...
Habrá que limpiar de polvo los espejos propios y dejar de mirarse en los ajenos, ¿no?

Un besazo desde el interior...pero con río, que también tiene su encanto, jeje.

Lola